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Nuevo drenaje de funcionarios en el gobierno de Javier Milei

El gobierno de Javier Milei formalizó la aceptación de la renuncia de Gabriel Gonzalo Oriolo como Superintendente de Servicios de Salud, junto a la de otros dos altos funcionarios del organismo. El Decreto 440/2025, publicado en el Boletín Oficial del 30 de junio, oficializa además la designación de Claudio Adrián Stivelman como nuevo Superintendente y de Juan José Picón como Gerente General, ambos a partir del 1° de julio.

El trasfondo de las renuncias

La salida de Oriolo se produce tras meses de tensiones internas y externas en la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). Si bien el decreto no explicita los motivos, fuentes del sector y del Ministerio de Salud señalan que la renuncia responde a un desgaste político acumulado, presiones gremiales y diferencias en la implementación de políticas de control y financiamiento del sistema de obras sociales y prepagas.

Durante la gestión de Oriolo, la SSS enfrentó reclamos de sindicatos y prestadores privados por demoras en los pagos de reintegros y subsidios, y por la falta de transparencia en la asignación de fondos del Fondo Solidario de Redistribución. A esto se sumaron investigaciones y presentaciones judiciales vinculadas a la administración de los recursos y la fiscalización de los agentes del seguro de salud.

En los últimos meses, la relación entre Oriolo y la conducción del Ministerio de Salud se vio tensada por la presión para acelerar reformas y mostrar resultados en la reducción de litigiosidad y gastos, así como por la necesidad de ordenar el flujo de fondos en un contexto de ajuste fiscal. El desgaste en la relación, sumado al reclamo de mayor eficacia y control, precipitó la decisión.

El decreto y el recambio de autoridades

El Decreto 440/2025, firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Salud Mario Iva Lugones, acepta las renuncias de Gabriel Gonzalo Oriolo, Claudio Adrián Stivelman (Gerente General) y Juan José Picón (Gerente Operativo de Subsidios por Reintegros), todos a partir del 30 de junio de 2025. El texto destaca la necesidad de “asegurar el normal desenvolvimiento de los servicios que tiene a su cargo la Superintendencia” y justifica las nuevas designaciones en la experiencia y capacidad de los funcionarios elegidos.

A partir del 1° de julio, Claudio Adrián Stivelman asume como Superintendente de Servicios de Salud, con rango y jerarquía de Secretario. Stivelman, médico de profesión, cuenta con una extensa trayectoria en la gestión pública y privada de la salud, y hasta ahora se desempeñaba como Gerente General del organismo. Es reconocido por su perfil técnico y su conocimiento de los circuitos administrativos y de control del sistema de obras sociales.

Por su parte, Juan José Picón, licenciado en administración, asume la Gerencia General, con rango de Subsecretario. Picón venía ocupando la Gerencia Operativa de Subsidios por Reintegros, área clave para el flujo de fondos hacia las obras sociales y los prestadores. Su designación busca dar continuidad a los procesos internos y reforzar la gestión financiera en un contexto de ajuste y revisión de los mecanismos de subsidios.

Desafíos para la nueva gestión

La nueva conducción de la SSS asume en un momento de alta sensibilidad para el sistema de salud argentino. Entre los principales desafíos se destacan:

  • Transparentar y agilizar los procedimientos de reintegros y subsidios.
  • Fortalecer los controles sobre los agentes del seguro de salud, especialmente ante denuncias de irregularidades y desvíos de fondos.
  • Articular con el Ministerio de Salud y otros organismos para avanzar en la digitalización de procesos y reducir la litigiosidad.
  • Gestionar la relación con los sindicatos, que reclaman mayor previsibilidad y participación en la toma de decisiones.

El recambio en la cúpula de la Superintendencia es interpretado en el sector como un intento del Gobierno de imprimir mayor eficiencia y control en la gestión de los recursos, en línea con la política general de ajuste y racionalización del gasto público. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la capacidad de la nueva conducción para sortear las presiones políticas y gremiales, y para avanzar en las reformas estructurales que demanda el sistema.