Las polémicas declaraciones de Pablo Laurta: “Los hombres ya no tenemos presunción de inocencia”
El detenido aseguraba que la ley de violencia de género “atropella” derechos masculinos y que con una sola denuncia un hombre “puede terminar en un calabozo”.
Antes de cometer el brutal doble femicidio en Córdoba, Pablo Laurta ya militaba activamente contra el feminismo y las leyes de protección a la mujer. En una entrevista exclusiva con Radio Contenidos en abril de 2018, realizada en el Anexo del Palacio Legislativo de Uruguay, Laurta expuso las ideas radicales que promovía a través de su agrupación “Varones Unidos”, en el marco de la presentación del libro “El libro negro de la nueva izquierda” de Agustín Laje y Nicolás Márquez.
En ese diálogo, el ahora detenido por el asesinato de su expareja y su exsuegra, ya adelantaba un discurso de victimización y ataque a las políticas de género, asegurando que su objetivo era generar conciencia sobre las “vulneraciones a los derechos humanos de la población masculina”.
“Nos quitan el derecho a la presunción de inocencia”
El punto más polémico de su discurso fue su ataque frontal a la ley integral de violencia de género que se debatía en Uruguay en ese momento. Laurta afirmó, sin matices, que la normativa eliminaba garantías constitucionales para los hombres.
“Nos quita a nosotros el derecho a la presunción de inocencia. Los hombres ya no tenemos presunción de inocencia, con solamente una denuncia ya empezamos a ser castigados por el sistema”, sentenció Laurta. Y agregó: “Ya con una denuncia de acoso sexual o de violencia de género, el hombre pierde la presunción de inocencia, puede terminar en un calabozo sin que se siga el debido proceso“.
Contra el “lobby LGBT” y la “discriminación del Estado”
En la misma entrevista, Laurta se despachó contra lo que denominó “ideología de género y el tema del feminismo, de los lobbies LGBT”, asegurando que “se articula todo ese trabajo sobre la sociedad mediante organismos internacionales, mediante los partidos políticos, mediante el trabajo este político en las universidades también”.
Además, acusó al Estado de ejercer una “discriminación” directa contra los hombres. Puso como ejemplo el caso de un padre en situación de calle que, según él, no recibió ayuda del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) por su condición de varón. “Si hubiera sido una mujer con su hijo, hubiera sido protegida y hubiera tenido un refugio (…) Como es un padre soltero, que es una realidad que se ignora y que se invisibiliza, no tienen ninguna situación prevista para poder solucionarle su problema”, afirmó.
Estas declaraciones, realizadas años antes del crimen, exponen un patrón de pensamiento y un discurso de odio que, trágicamente, escaló de las palabras a la violencia femicida.