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Señalan a un santiagueño como integrante del cárcel de Sinaloa

Hasta hace pocos días, el nombre de Julián Darío Mansilla pasaba inadvertido incluso en su Santiago del Estero natal. Hoy, sin embargo, su identidad figura en los informes judiciales y policiales como uno de los principales vínculos locales en una operación de narcotráfico que podría tener ramificaciones internacionales. Mansilla está acusado de ser partícipe necesario en el traslado de un cargamento de cocaína perteneciente, según los investigadores, al Cártel de Sinaloa, la organización criminal mexicana más poderosa del mundo.

Todo comenzó con un estruendo en la tarde calurosa del sur salteño. Una avioneta, de matrícula boliviana, impactó contra un auto en una zona rural de Rosario de la Frontera mientras intentaba aterrizar. En un principio se creyó que se trataba de un accidente aéreo aislado.

Pero los primeros en llegar al lugar se encontraron con una escena que pronto cambió el rumbo de la investigación: decenas de paquetes prolijamente envueltos y marcados con el logotipo de “Prada“, un sello utilizado —según fuentes de inteligencia— por el Cártel de Sinaloa para identificar sus cargamentos de cocaína.

A metros del siniestro, un Volkswagen Gol Trend, propiedad de uno de los hombres que esperaban la droga, quedó completamente destruido. Ese vehículo sería la clave que permitió llegar hasta Mansilla.

El sello “Prada” en el Norte del país inquieta a las autoridades

Los testimonios recogidos hasta el momento indican que Mansilla era el dueño del vehículo que esperaba la carga en tierra. Ese dato lo coloca en el centro de la escena: estaba presente al momento del accidente y, según los informes policiales, habría intentado auxiliar a los pilotos bolivianos tras la caída del avión. Su conducta posterior, sin embargo, fue interpretada por los investigadores como una maniobra para ocultar pruebas y facilitar la huida del resto del grupo. El caso no solo sacudió a la comunidad de Rosario de la Frontera, sino que también generó preocupación en el Norte del país. La presencia del sello “Prada” y la posible vinculación con el Cártel de Sinaloa plantean un escenario inquietante

El Cártel de Sinaloa es una de las organizaciones criminales más poderosas y antiguas de México, dedicada principalmente al tráfico de drogas, aunque también participa en otras actividades ilícitas como el lavado de dinero, tráfico de armas, extorsión y secuestro. Su máximo líder es Joaquín “El Chapo” Guzmán, condenado a perpetua en el año 2019 en Estados Unidos, pero todos aseguran que sigue manejando el tráfico de drogas desde la cárcel.