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El Gobierno impulsa un Código Penal más duro y genera fuertes críticas: “No hay evidencia de que más penas traigan más seguridad”

El Gobierno confirmó el envío al Congreso de su proyecto de reforma integral del Código Penal, presentado públicamente en el marco de su política de “tolerancia cero”. Aunque aún no se conoce la versión definitiva, la propuesta incluye un endurecimiento generalizado de las penas, la incorporación de nuevas figuras delictivas, cambios en la libertad condicional, la ampliación de delitos imprescriptibles y una de las medidas más polémicas: la baja en la edad de imputabilidad.

Desde Casa Rosada sostienen que el objetivo es modernizar un código que consideran “obsoleto” y unificar leyes penales dispersas. Al presentar el proyecto en un penal federal, el Gobierno reforzó su narrativa de orden, control y castigo: “quien delinque, paga”, resumieron funcionarios del área. La ministra Patricia Bullrich aseguró que la iniciativa busca “poner fin a la puerta giratoria” y dar respuesta a un reclamo social sostenido.

Sin embargo, la propuesta llegó acompañada de advertencias. En el programa QR, emitido por Bravo TV, la periodista Irina Hauser señaló que el Gobierno todavía no presentó un texto terminado y que lo que existe es apenas una versión preliminar. “Todavía no está pulido el proyecto definitivo. Faltan unos días para que se conozca. Lo llamativo es que la ministra de Seguridad sea quien anuncia un Código Penal: ¿qué tiene que ver seguridad con Código Penal?”, planteó.

Hauser sostuvo que no hay evidencia empírica que demuestre que endurecer penas reduzca el delito. “Es un mensaje, una doctrina. Ellos instalan el mensaje con mucha facilidad. No hay una sola muestra de que genere más seguridad. Es la nada misma”, afirmó. Y advirtió que, como ocurre cada vez que se hacen reformas parciales, el código podría quedar “descompaginado”, privilegiando el derecho de propiedad por encima del derecho a la vida.

Otro de los puntos que cuestionó fue el impacto que podría tener en el sistema penitenciario: “Endurecer penas levanta la tasa de encarcelamiento y ya están explotadas las cárceles. Si lo que están proponiendo es que una persona se pudra en la cárcel, ¿dónde queda la Constitución? ¿Dónde están las penas orientadas a la reinserción social? Esto es más un ojo por ojo. Es un paso más cerca de la pena de muerte”.

Sobre la discusión por la legítima defensa, Hauser sostuvo que el debate no parece orientado a proteger a víctimas reales —como mujeres en riesgo de femicidio— sino a ampliar el margen para el uso de la fuerza. “Este es un gobierno que alienta el uso de armas y amplía las posibilidades de ser legítimo usuario”, remarcó.

La periodista señaló además que el problema central no es la letra del Código Penal, sino el cumplimiento de las condenas: “El código tiene que garantizar que se cumplan las penas. Eso no tiene que ver con el Código Penal sino con la ejecución de la condena. Ahí se equivoca Bullrich”.

Mientras se espera el texto final, especialistas advierten que cualquier reforma integral debería buscar equilibrio, coherencia normativa y políticas criminales basadas en evidencia, no solo en discursos de impacto rápido. La discusión recién empieza en el Congreso, pero ya anticipa un debate caliente entre seguridad, derechos y eficacia real del sistema penal.