Cifras alarmantes sobre la violencia de género en Argentina: una mujer es asesinada cada 34 horas
Además, crece la crueldad en los crímenes y se denota una intención de los femicidas de borrar sus huellas: el 16% de los casos presentó algún mecanismo para deshacerse u ocultar el cadáver o disimular el hecho.
La estadística de femicidios en el país no cede y sigue generando alarmas por el desmantelamiento de estructuras para socorrer a mujeres víctimas de violencia de género. Según el Observatorio de Femicidios de MuMaLa, dirigido por Betiana Cabrera Fasolis, desde el 1 de enero al 20 de noviembre de este año, en Argentina se produjeron 229 femicidios, uno cada 34 horas.
El reporte de MuMaLá revela también un perfil más violento y cruel contra las mujeres: la modalidad de asesinato a golpes alcanzó su mayor porcentaje de los últimos años, con el 19% de las víctimas cuya vida acabó con sufrimientos extremos, mientras que el 31% de las mujeres murieron por el uso de armas blancas.
Además, crece la intención de los femicidas de borrar sus huellas: el 16% de los casos presentó algún mecanismo para deshacerse u ocultar el cadáver o disimular el hecho. Los métodos incluyen cuerpos descuartizados, enterrados o desechados en basurales y arroyos.
Otra preocupación creciente es la vinculación con el crimen organizado. Los femicidios en contextos de narcotráfico y economías delictivas aumentaron y ahora representan el 8% de los casos, mientras el año pasado llegaban al 6%.
Un ejemplo reciente y horroroso fue el triple crimen, en Florencio Varela, de Brenda del Castillo (20), Morena Verdi (20) y Lara Gutiérrez (15) el 19 de septiembre último, cuyos cuerpos aparecieron mutilados días después. Incluso las torturas fueron transmitidas por redes sociales. El trasfondo es un mundo de mujeres vulnerables y transas con contactos con narcotraficantes de otros países.
Un aspecto que el informe del Observatorio destaca es que el hogar de las mujeres sigue siendo el espacio que presenta el mayor riesgo: el 65% de los femicidios se cometieron en la vivienda de la víctima o que es compartida con el agresor. Los victimarios son, abrumadoramente, parte del círculo íntimo: el 52% de los femicidios fue cometido por parejas o exparejas, mientras que el 81% fue ejecutado por personas conocidas de las víctimas (parejas, exparejas, familiares o conocidos).
Armas de fuego
La tenencia de armas es un punto crítico. El informe destaca que el 26% de las víctimas fue asesinada con un arma de fuego, siendo la segunda modalidad más frecuente después del arma blanca (31%). El fenómeno ocurre mientras el Gobierno nacional avanza con normas que habilitan la tenencia más flexible de armas de fuego, la eliminación por decreto de la Agencia de Control de Armas y la suspensión del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de Fuego. De hecho, el 8% de los femicidas pertenecía a alguna de las fuerzas de seguridad (policías, militares o servicio penitenciario).
La falta de acceso o confianza en el Estado se refleja en un dato dramático: sólo el 15% de las víctimas denunció a sus agresores. De ese pequeño porcentaje que sí denunció, el 53% tenía una orden de restricción o perimetral, y solamente el 16% contaba con un botón antipánico. Esto demuestra la eficacia relativa del sistema de protección.
Por cada femicidio consumado (229), se registraron 901 intentos, lo que equivale a 4 por cada mujer asesinada en contexto de violencia de género. Uno de los efectos perdurables y más crueles es la orfandad: 157 niños, niñas y adolescentes se quedaron sin madre.
A través del comunicado en el que compartió el informe del Observatorio, MuMaLá reclamó que se declare en forma urgente la emergencia en violencias de género, se restituyan los programas de atención, sensibilización, capacitación y acompañamiento integral a las mujeres en riesgo. Asimismo, señaló que, por primera vez en 40 años, Argentina carece de ámbito de aplicación de la Ley 26.485 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género.
El año pasado, el gobierno de Javier Milei fue el único que en la ONU votó en contra de generar acciones para abordar las violencias hacia mujeres y niñas.

