JudicialesLo ÚltimoLocales

Profesor santiagueño fue estafado en más de $45 millones con un falso proyecto de inversión en YPF

Un profesor de música de Santiago del Estero fue víctima de una millonaria estafa luego de caer en un engaño relacionado con un supuesto proyecto de inversión en acciones de YPF. El perjuicio económico supera los $45.000.000, según consta en la investigación encabezada por la fiscal Eugenia Callegaris. La víctima es representada legalmente por el abogado Luis Eduardo Caloso.

El inicio del engaño

Todo comenzó el 6 de agosto, cuando el docente encontró en Instagram una publicación del grupo “Office Team Trade”, que ofrecía asesoramiento financiero y oportunidades de inversión en acciones de YPF S.A.. Al contactarse con el perfil, recibió un formulario por correo electrónico para completar sus datos.

Más tarde, un hombre identificado como “Rodrigo Guerra”, quien decía comunicarse en nombre de “Office Team Trade”, se presentó por correo como su primer contacto oficial con la supuesta empresa.

Como paso inicial, el profesor transfirió $270.000 a una cuenta de la billetera virtual UALA, a nombre de “Jorge Orlando Arenas”. Poco después, una mujer con acento extranjero, identificada como “Katherine Mach”, afirmó ser su asesora financiera personal.

Siguiendo sus instrucciones, el santiagueño creó una cuenta en la aplicación Bybit, desde donde convirtió sus pesos a USDT, un criptoactivo. Luego, cargó esos fondos en la página office.team-trade.net, donde supuestamente se desarrollaba el proyecto de inversión.

El 20 de agosto, al vencer el plazo del proyecto, le informaron que necesitaba pagar una “verificación transaccional” para poder retirar el dinero. Abonó ese monto el 23 de agosto. Al día siguiente, le comunicaron que también debía pagar por la “legalización de los fondos”, por lo que desembolsó U$S 4.400, dinero obtenido a través de un préstamo bancario.

A partir de ese momento, comenzó una cadena de nuevos pagos obligatorios, todos presentados como pasos necesarios para habilitar el retiro del dinero. Entre ellos, abonó por una supuesta “licencia para operar en los mercados financieros”.

El 30 de agosto, le aseguraron que podrían transferirle el dinero, pero debía elegir entre dos “tipos de envío”: uno económico, con demora de seis a doce meses, y otro “Premium”, de cuatro horas, cuyo costo era de dos criptomonedas Ethereum. Para cubrir ese gasto, recurrió a un préstamo de $5.000.000 otorgado por su pareja.

Más pagos, más deudas

La seguidilla de requisitos continuó sin interrupción. Le informaron que debía abonar un “seguro” y, el 2 de septiembre, le indicaron que para recibir el depósito debía abrir una supuesta “caja fuerte virtual” a través de otra aplicación vinculada a Bybit. Luego de hacerlo, le exigieron el pago de una “cuota de red”.

Ante la duración y complejidad de los trámites, la víctima solicitó un nuevo préstamo bancario. Finalmente, le aseguraron que el dinero sería acreditado el 5 de septiembre, algo que nunca ocurrió.