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“Justicia es perpetua”: miles de personas recordaron a Fernando Báez Sosa, a tres años de su muerte

En Dolores, lugar en el que son juzgados los jóvenes rugbiers acusados de asesinar al joven, Silvino y Graciela presidieron el acto que en forma de ceremonia interreligiosa se realizaba en el anfiteatro de la localidad.

silvino y graciela baez sosa
En Dolores, lugar en el que son juzgados los jóvenes rugbiers acusados de asesinar a Fernando, Silvino y Graciela, presidieron el acto que en forma de ceremonia interreligiosa se realizaba en el anfiteatro de la localidad. | NA

Atres años del crimen de Fernando Báez Sosa y con epicentro en la localidad bonaerense de Dolores, se realizaron este miércoles 18 de enero varios actos para reclamar Justicia, con la participación de miles de personas que atesoran en su memoria el brutal asesinato del joven a la salida de un boliche en Villa Gesell.

En Dolores, lugar en el que son juzgados los jóvenes rugbiers acusados de asesinar a Fernando, Silvino y Graciela Báez Sosa presidieron la convocatoria que en forma de ceremonia interreligiosa tuvo lugar en el anfiteatro Municipal del Parque Libres del Sur.

“Prohibido olvidar”, “Fernando somos todos”, “Justicia es perpetua” y “3 años sin justicia”, rezaban la mayoría de los carteles que portaban los ciudadanos presentes en el homenaje, mientras una enorme foto del joven asesinado dominaba el escenario dispuesto ante la multitud.

Graciela fue la encargada de encender las primeras velas, antes de que se pronuncie una oración, con el acompañamiento de la luz de celulares, mientras en la plaza de Dolores se sembró un árbol de jacarandá, “para que recordemos siempre a Fernando.

En paralelo, se realizaba una misa en Vila Gesell oficiada por el obispo de Mar del Plata, frente al boliche Le Brique, donde aquel 18 de enero de 2020 murió Fernando, y otro acto similar en el barrio porteño de Recoleta, frente a la vivienda donde residía Fernando Báez Sosa.

El Colegio Marianista, en el barrio de Caballito, fue otro de los puntos de reunión, lugar donde se reciben desde días atrás donaciones de útiles escolares y alimentos no perecederos, de acuerdo con el pedido de los papás de Fernando.

Para los fiscales, los testimonios de los rugbiers son “insuficientes” y “no refutan las pruebas en su contra

El juicio finalizó con las declaraciones de cinco de los acusados

El juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa finalizó este miércoles 18 de enero luego de 13 audiencias por las que prestaron testimonio cientos de testigos y hasta cinco de los ocho rugbiers declararon.

La semana próxima, el 25 y 26, será la etapa de los alegatos de las partes, siendo el primero de ambos días el turno de la fiscalía y el particular damnificado, mientras que el jueves alegará la defensa de los ochos rugbiers acusados del homicidio.

Luego de una audiencia movida, donde dieron su parte médicos forenses solicitados por la defensa, también se escuchó la declaración de dos de los acusados, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, quienes señalaron que no le pegaron a Fernando y que nunca tuvieron la intención de matar a alguien.

A la salida del Tribunal los gritos de personas que fueron a apoyar a la familia Báez Sosa, invadieron la calle Belgrano en Dolores. Luego los papás de Fernando agradecieron la llegada y el cariño que recibieron.

Caso Báez Sosa: médicos de la defensa cuestionaron la autopsia y dijeron que la RCP “agravó la situación”

Aun así, se vivieron momentos de tensión cuando los padres de los rugbiers salieron por la puerta principal y fueron sorprendidos por una multitud que les gritaba en contra de sus hijos. La situación generó disturbios en los alrededores ya que la Policía custodiaba a los padres de los acusados motivo por el cual se vieron botellas volar y agresiones.

Este cierre de juicio estuvo envuelto también en el tercer aniversario del crimen de Fernando motivo por el cual los papás de la víctima estuvieron muy conmovidos, sobre todo por la llegada de decenas de personas de diversos puntos del país y de Paraguay para apoyarlos.

Durante la jornada también había declarado el médico legista Juan José Fenoglio y sostuvo que la lesión que ellos percibieron del informe de autopsia sobre el cuerpo de Fernando en el hígado del joven fue provocada por los trabajos de reanimación que le hicieron al querer salvarle la vida y no por golpes que recibió por parte de los rugbiers.

Jorge Velich, emergentólogo y médico legista propuesto por la defensa de los rugbiers, también declaró este miércoles y dijo que Báez Sosa no murió “por la reanimación cardiopulmonar” que le hicieron para intentar salvarle la vida tras la golpiza que recibió, pero dijo que eso sí “agravó la situación por la movilización del cuerpo”.

Juicio por el crimen de Báez Sosa: Lucas Pertossi y Blas Cinalli negaron haber golpeado a Fernando

Durante las audiencias Thomsen rompió el “pacto de silencio”

Durante las 13 audiencias en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores desfilaron diversos testigos que dieron testimonio, entre ellos, se destacaron amigos de la víctima, personas que presenciaron el ataque y crimen, peritos de la Policía Federal, médicos, bomberos y efectivos policiales.

Además, ocurrió algo que pocos pensaban que iba a suceder, ya que, los rugbiers comenzaron a dejar atrás el “pacto de silencio” y el primero fue Luciano Pertossi, luego lo hizo Máximo Thomsen, el acusado más complicado, y el día anterior pidió la palabra Ciro Pertossi.

Como todos los días Silvino Báez y Graciela Sosa, padres de Fernando, estuvieron en la sala del Tribunal de Dolores escuchando la declaración de todos los testigos.

El joven de 18 años fue asesinado el 18 de enero de 2020 a la salida del boliche Le Brique en Villa Gesell. Fernando se había ido de vacaciones con sus amigos y, por una disputa dentro del local bailable, fueron sacados por el personal de seguridad.

Las imágenes del boliche muestran la salida de ambos grupos, uno desde la entrada principal de forma tranquila y otros desde la cocina de manera violenta. Luego de eso llegó la emboscada. Enfrente al lugar, sobre la Avenida 3, Fernando recibió una piña por detrás y, en menos de un minuto, fue asesinado.

ds