En su primera semana, el dólar soja 3 le aportó US$815 millones al mercado de cambios
Hasta las 18 horas de este viernes se negociaron más de 36 mil toneladas de soja, registrando un cierre estimativo para la semana de un total de 478.607 toneladas vendidas por parte de los productores.
La primera semana de vigencia del Programa de Incremento Exportador III (PIE), que establece una tipo de cambio diferencial de $300 por dólar para el complejo sojero y las economías regionales, cerró con un nivel de comercialización de soja por debajo de los promedios de las anteriores ediciones de la medida, aunque la liquidación de divisas por parte del sector exportador tomó fuerza en las últimas jornadas, superando los USD 800 millones.
Según datos del monitor SIO-Granos, plataforma oficial que registra la comercialización y precios promedios de los granos, informó que hasta las 18 horas de hoy se habían negociado 36.860 toneladas de soja, que sumadas a las 441.747 toneladas transaccionadas entre el lunes y el jueves, se registró un cierre estimativo para la semana de 478.607 toneladas vendidas por parte de los productores.
En cuanto a la liquidación de divisas por parte del sector agroexportador, durante la jornada de hoy ingresaron al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) USD 147.418.111, por lo que desde que se puso en marcha la medida ingresaron USD 815,36 millones, cifra en torno de lo registrado en la primera semana de vigencia del dólar soja 2. De ese monto, el Banco Central pudo realizar compras netas por USD 297 millones.
Analistas y fuentes del mercado consultados por Infobae coincidieron que la comercialización de soja en la primera semana de vigencia del PIE III no se ubicó en los mismos niveles registrados en las ediciones anteriores y que la razón principal que explica el actual volumen de ventas radica en el precio ofrecido en el mercado, que se ubicó por debajo de las expectativas de los productores.
Según indicó el economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), David Miazzo, el programa “arrancó con un ritmo bastante lento” producto de dos factores fundamentales: en primer lugar el precio de la mercadería y en segundo, la duración de la medida. En este sentido, planteó que “previo al dólar agro se pagaba por soja disponible $90.000 la tonelada y estos días ha estado cerca de $93.000. Entonces, el precio no aumentó de forma sustancial como para que todos se vuelquen de manera rápida a vender. Si la mejora hubiese sido más sustancial, sin dudas hubiese habido mucho mayor flujo (de ventas)”, mientras que como segundo punto relevante marcó que “la medida será hasta fines de mayo. Quedan prácticamente 45 días por delante, por lo que la ventana es bastante larga”, lo que no suma urgencia a la decisión de los agricultores.
No obstante, el economista entiende que “el productor va a aprovechar a vender y es muy probable que se alcance la meta de 10 millones de toneladas comercializadas, a pesar de este inicio lento. Esto va a ser bienvenido por el gobierno, porque va a lograr juntar dólares. Pero un punto negativo para el sector es el ruido que genera en el mercado de alquileres agrícolas y el aumento de costos para el consumo”.
Análisis y precios
Para el profesor de la Universidad Austral y analista de mercados, Dante Romano, en la primera semana de vigencia del dólar agro se registró “una operatoria muy baja, de unas 100.000 toneladas diarias hasta el momento”, como consecuencia, justamente, de precios que no lograron llamar la atención de los vendedores. Así, Romano explicó que se venía viendo “una gran dispersión de precios previo a esto. Mientras que los compradores trabajaban fijaciones a $ 70.000 la tonelada, otros actores del mercado que necesitaban cerrar coberturas trabajaban por encima de los $ 80.000 por tonelada y, cuando se aproximaba el dólar agro, esos valores se fueron a los $ 90.000 la tonelada”.
Tras esto, “como el dólar soja había generado en ediciones anteriores mejoras de 40% en el tipo de cambio, las expectativas de los productores era que se dieran precios de entre $ 110.000 y $ 120.000 por tonelada, porque partía de los precios que comenté antes, que descontaban ya en cierta forma un dólar soja”. O sea, los precios que se ofertaron al comienzo de esta semana se ubicaron lejos de las expectativas originales de los agricultores.
En esta línea, Romano marcó que inicialmente en la semana los exportadores no participaron del mercado, porque quedaban varios aspectos reglamentarios por aclarar, pero que “cuando finalmente lo hicieron, trabajaron con valores muy por debajo de lo que esperaban los productores. Y es que ellos estaban trabajando en $ 70.000 la tonelada, que con un 40% de mejora da $ 98.000 la tonelada y se estuvo trabajando en $ 95.000. El mercado necesita tiempo para encontrar un equilibrio entre los precios que los productores esperaban y los que los compradores pueden convalidar”.
Otras fuentes del mercado sostuvieron que es posible que “tarde más el flujo de ventas en arrancar” respecto a las ediciones anteriores del PIE, por la duración del régimen cambiario diferencial y también porque “la expectativa que pudo haber tenido el productor no es el precio que está saliendo al mercado y eso quizá no genere tanto interés”.
Economías regionales
Otro punto central del dólar agro, pero del cual todavía no hay mayores novedades tiene que ver con las economías regionales. El decreto que puso en marcha el PIE III estipula un gran número de producciones dentro del programa, pero dependerá de ciertas reglamentaciones y requisitos que al momento todavía no se conocen para saber qué sectores podrán beneficiarse de la medida. Cabe mencionar que el Gobierno dispuso un criterio de elegibilidad al respecto, que conllevan a que las empresas participen del programa de Precios Justos, mantengan su plantel de personal y garanticen el abastecimiento interno.
En diálogo con Infobae, el director de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Pablo Vernengo, explicó que el Decreto que puso en marcha el dólar agro “es muy amplio amplio y cubre a todas las producciones agropecuarias, no solamente a las regionales. En este sentido, falta aún la disposición que tiene que implementar la Secretaría de Comercio para aquellas empresas que van a ser beneficiadas con este tipo de cambio. Hasta el momento, eso no sucedió y es esa Secretaría la que tiene la llave para eso”.
Según Vernengo, todavía falta que se conozca “la letra chica” de su implementación, pero, a priori, indicó que “habrá ciertas producciones que se van a ver beneficiadas por la medida por estar integradas o ser intermediarias, por lo que van a recibir el beneficio, como es el caso del maní, el arroz, las bodegas, algunas producciones de limón y cooperativas que pueden derramar sus mejoras en la comercialización a los productores”.
No obstante, en algunas producciones regionales comienzan a generarse algunos problemas por el retraso en su implementación. Según Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), en sectores como el de la lana, el retraso en la implementación de la medida llevó a que se paralice el mercado de dicho producto, teniendo en cuenta que la industria exporta el 95% del volumen producido.
“A la fecha, el mercado lanero se ha paralizado porque los productores pretenden liquidar con un tipo de cambio de trescientos pesos, y las exportadoras no pueden asegurar dicho ingreso, lo que produce la imposibilidad de realizar operaciones. Resulta absolutamente necesario adaptar, vía reglamentación, el decreto 194 a los requerimientos de la operatoria interna de exportaciones, de tal forma de permitir reactivar el mercado local, asegurar al productor el beneficio del tipo de cambio especial, y permitir a las exportadoras recibir el aludido tipo de cambio”, indicó la entidad en un comunicado.