Caso Corlli: Cevilán le dijo a su nueva defensa: “Yo no entré a la casa”
Los abogados Lucas Vieyra y Rodolfo Cuestas tomaron el timón en la defensa, después de la salida de la ex jueza María Eugenia Carabajal y Héctor Ponce. No se descarta que el imputado amplíe su indagatoria.
El mismo día en que Héctor Cevilán fue alojado en el Penal de Varones, Alsina 850, asumieron su defensa los abogados Lucas Vieyra y Rodolfo Cuestas, a quienes habría reiterado: “… No ingresé a la casa” (de Dante Edmundo Corlli) la noche del 16 de abril, en su casa de calle Misiones al 600 Bº Centenario.
El traslado (viernes) fue complementado con el otro imputado: Rubén “Negrito” o “Rampulla” Pérez, a quien se atribuye el crimen con 39 puñaladas a la infortunada víctima, de 58 años.
Dado a lo cercana de la prórroga de detención, Vieyra y Cuestas solicitaron ya copias de las actuaciones y no se descarta que luego requieran ampliar la indagatoria de su representado, considerado mentor del homicidio de Corlli.
Mal que les pese, la realidad de Cevilán dista mucho de ser la ideal. Intentó despegarse del asesinato, pero “Rampulla” lo vio venir y al declarar le estampó en la frente el sello de la “coautoría de homicidio calificado por alevosía y ensañamiento”, cuya última estación insinúa prisión perpetua.
Allí radicará la misión, casi imposible, en la defensa. Rescatar a Cevilán de la boca de “Rampulla” y/o conclusiones de la sangre hallada en su auto, quizá de Corlli, y el contenido de su celular: las pericias alientan el fantasma temido por el ayer deudor y hoy verdugo del ex municipal.
Dilema: entre la lengua de Pérez y las pruebas científicas
Cuestas y Vieyra se reunieron en las últimas horas con Cevilán y el detenido les habría realizado una apretada síntesis de su rol en el crucial ataque a Corlli, en sociedad con “Rampulla”, quien indicó (a quien quiera escucharlo) que le prometió $ 10 M., pero solo cobró $ 240.000.
Sin tiempo para resetear a Cevilán, los abogados dejaron entrever que su enemigo no es “Rampulla”, sino el conjunto de pruebas científicas, cuyas conclusiones en menos de dos semanas van a estallarle en el rostro y lanzarlo, directo, a la prisión preventiva. La única salida, desesperada, sería asumirse cautivo de la furia de “Rampulla” y sugerir que él tomó el mando de todo, incluido la vida de Corlli.